viernes, octubre 28, 2005

crecido río

Solo mientras tanto
el sentir transforma
palabras sin prosa
y figuras sin formas
en un crecido río

El río pasa bramando
y ciertamente no pasa limpio
arrastra penas y gemidos
que vuelven cada tanto

Sin soltar la cuerda
que me sostiene en vilo
caigo en mil abismos
y abro las mil puertas

Me escondo de las muertes
que me esperan en cada vida
esbeltas elegantes frías
como observando, lascivas

Pero pasará la gran crecida
y se secarán ambas orillas
y dejaré estas poesías
Es una lástima que haya sido
tan solo mientras tanto

(1996, al poeta Benedetti)

domingo, octubre 23, 2005

Lunática II

luna de la inocencia
vos me la seÑalaste
cuando yo navegaba
en aguas de otoño

cómo no extasiarse ante ella
ante su serenidad y belleza
reina de las estrellas
del río y de la tierra

cómo no sentirse atraído
ante esa inocencia sagrada
que emana de su redonda luz
que ilumina el corazón.

Como al toro ferdinando,
como a los niños y soñadores,
como a las islas y el río,
como a los enamorados,

ella nos iluminaba
¿cómo podré soportar ahora
este sol obsceno, soberbio,
ruidoso e hiriente?

Lunática I

Vengan nubes en mi ayuda
que ya se apunta el sol
mi luna se va y con ella
comienza mi calvario

Este otoño preferiré la lluvia
A que el sol egoísta
envenene mis horas
vengan nubes en mi ayuda

No querré despertar
de mi sueño donde te veía
te sentía mi luna
luna del goce y de la fe

A mediodía será un mantra,
Una oración, una plegaria
y un gesto
para que regreses

Aguantaré la tarde
en la que todos hablen
mis palabras serán respuesta
solo para lunáticos

Y cuando salga mi luna
sentiré esa caricia como bebé
me sentaré sobre mi tristeza
elevaré mis manos a ella
y lloraré de nuevo

Eclipsis

El sol y la luna aparecieron
eclipsados en un abrazo
y escalé una pirámide
y luego la otra para verlos

Los escalones eran suaves
y mi paso firme al ver
que las torres de tus pechos
me esperaban en lo alto

Enarbolé tu mástil
con la bandera de mis labios
el quetzal a reptar
la serpiente a volar

Tu reflejo en el agua
de dios inmoral brillaba
en tus ojos el deseo
asomaba, no demoraba

Y así fue que me zambullí
en el enredo de tus nalgas
en mis pliegues gozaste
mis gemidos fueron dulces

y embestí a la luna
y me calentó el sol
y la noche siguió al día
y otro eclipse a la noche

Noche de lluvia

la lluvia mojó mis deseos
los tuyos, de ella, y ellos
bailando entre las hojas los vi
a ritmo de viento y de trueno

mis oídos pudieron vibrar
con el rumor de la hojarasca
con el silencio de los truenos
en orquesta de silencios

mis ojos húmedos tomaron fotos
de tu cuerpo, de tu rostro
con luz de relámpago y pupila
sin película, sin rollo

sin preguntar al cielo
se que llueve y escampa
tus preguntas me saben dulces
a mis amargas respuestas

por sobre las nubes estallan
las emociones, y lo inamovible
por debajo la lluvia
me inspira esta poesía,

que vibra en al aire fresco
cada vez que es recitada
en tus labios o en los míos
en lo sereno de tu mirada

eso me ha sido regalado
por la lluvia bendita
mañana, otro amanecer
otro arco iris mi niña

Radiante

amor como la lluvia te moja
en sueños se hace y deshace
revolotea en las manos
de los niños y los ancianos

amor como la planta
que te dio sus frutos
como la mujer adormecida
que te siente y presiente

un perfume de amor
en tus narices se entretiene
su fragancia acaricia tus labios
y tus ojos se nublan extasiados

arriesgado, inocente, presente
en la madre de tus sueños
ausente en los gritos sordos
de los patriarcas confiados

atraviesa tu pecho, siéntelo
es una espada de agua fresca
amor es tu pregunta sincera
es lo que callas y cómo lo dices

es tu piel, mi piel, juntas,
es tu profunda rebeldía
tu mirada de cielo y leche
siempre radiante

De dos en dos

tus ojos abiertos
mis fosas abiertas
tus pechos vibrantes
mis labios anhelantes

tu suavidad profunda
mi líquido espeso
tu respirar, tu gemir
mis oídos calientes

tus fauces jadeantes
mi estómago sediento
tu cintura arriba
mi espalda encendida

tu matriz caliente
mi toque helado
tu hoguera dragón
mi lengua serpiente

Yin Yang

un rey
su corona
una miguita
una paloma

un tachero
un taxi
una madre
su hijo

un padre
su hijo
un zapato
el otro

una guitarra
sus cuerdas
un télefono
un hombre

un teléfono
una mujer
un reproche
una postura

el azúcar
la caries
la dulzura
la barbarie

la A
la U
vino
y se marchó

las partes
el todo
la flor
el lodo

la poesía
la ebriedad
los deseos
la insatisfacción

el pecho
el corazón
el amor
la muerte

no hay 2 sin 3
ni bares cerrados
ni antorchas apagadas
ni lenguas muertas

la subida
la bajada
el semen
el cansancio

Tengo en mi jardín

Tengo en mi jardín
lilas y rosas,
a las que espinas ví­rgenes
disuaden a extraños
de inminentes raptos
o heridas mortales

El colibrí sin embargo
las sortea y goza del perfume
que a veces comparte
con pequeñas abejas
o elegantes avispas errantes

Entonces las arañas tejerán
invisibles líneas de relación
en el jardín de flores
sobre la tierra,
entre el aire,
de cara al viento y al sol

Hechas de esencias perfumadas
Tan sutiles como el perfume
tan invisibles como una traición
tan débiles como el agua
tan engañosas como la razón
las arañas hacen sus redes

Y en un momento sé que,
como las flores esperan al colibrí,
las redes esperan el atardecer.

Licenciado Creative Commons

Creative Commons License